jueves, 22 de noviembre de 2007

A mi hermano Miguel


Hermano, hoy estoy en el poyo de la casa,

donde nos haces una falta sin fondo.

Me acuerdo que jugábamos a esta hora, y que

mamános acariciaba: "Pero hijos..."


Ahora yo me escondo,como antes, todas estas oraciones

vespertinas, y espero que tú no des conmigo

Por la sala, el zaguán, los corredores.

Después, te ocultas tú, y yo no doy contigo.

Me acuerdo que nos hacíamos llorar,

hermano, en aquel juego.


Miguel, tú te escondiste

una noche de agosto, al alborear;

pero, en vez de ocultarte riendo, estabas triste.

Y tu gemelo corazón de esas tardes

extintas se ha aburrido de no encontrarte. Y ya

cae sombra en el alma.


Oye hermano, no tardes

en salir. ¿Bueno? Puede inquietarse mamá.


César Vallejo

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